jueves, 23 de julio de 2009
El frío no elige, segrega.
“En gustos no hay nada escrito”, dice la leyenda popular. Y es cierto: hay gente a la que le gusta el calor y otra el frío.
Hace un “tornillo” bárbaro es un modo de decir antiguo y tanguero. Significa que por culpa del frío el tipo se abraza a si mismo con los brazos y encoge su cuerpo y cruza sus piernas representándose atornillado, como un tornillo. Me quedó un aforismo o axioma de la infancia que dice:
“Cada cual tiene frío según el poncho con que se abriga”. Me obliga a tener pudor cuando abrigado y con calefacción me quejo del frío. Sin pensar que por comparación, debe de haber otro que sin abrigo y a la intemperie a lo mejor se la banca o se resigna. Cada cual tiene frío según el poncho con que se abriga. Si: de acuerdo a sus proteínas o a su ayuno, a su casa o su choza, a su garrafita o a su calefacción central o de losa radiante. Si cae nieve algunos saltan felices y la fotografían con el celular, otros desean estar ya en la pista de esquí, otros asocian el paisaje con aquel que vieron en Paris o en Praga, otros sacan del placard sus mejores pieles y cueros, y otros se preparan para una comida intensa apetitosa. Otros no. El frío los enfría hasta el alma.
Los desnuda en su realidad sin el ropaje básico, imprescindible. Se amontonan en ovillo con el perro. Se ponen diarios viejos entre las ropas. Esperan un colectivo al borde de una ruta al alba o baldean la vereda de un negocio con los pantalones arremangados y salpicados del agua de hielo.
Mañana o pasado, cuando muchos salgan a comprar las verduras más modestas, se encontrarán que las heló la helada y que aumentan de precio. Los que saltaron contentos se equivocaron.
El frío desampara. Resalta la pobreza; vulnera al vulnerable. Destaca el privilegio. El frío segrega más que el calor. El calor calienta. Y el amor lo festeja. El frío enfría los píes y enfría y enfría, a veces hasta lo que ya estaba frío sin frío. Y está el frío del alma, el frío del desamor y el frío del desaliento.
Y el frío banal de los que hablan del frío juguetonamente, desde adentro de un mundo de algodón y de plumas. Y de calorías programadas por la dieta.
No hay nada más frío que el frío.
Carta abierta leída el 23 de Julio de 2009 en Radio del Plata.
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Justamente, ayer, mientras miraba los últimos noticieros del día, con la adicción al control remoto, la bolilla quedó en el canal 13, con las distintas ciudades nevadas, y el conductor, el empleado del mes, como bien los define Orlando, decía algo así..." la alegría blanca llegó a distintos puntos del país..." Mientras mostraban niños bien vestidos jugando con bollos de nieve, haciendo muñecos y gente exultante de alegría.
ResponderEliminarEn ese momento recordé, cuando hace años unos amigos docentes de Chubut me mostraban, las redacciones que habían escrito sus alumnos sobre el tema La nieve, obviamente no eran alumnos del cardenal newman, las palabras que más me impactaron fueron “llegó la muerte blanca”, “la bruja blanca nos da terror” “el monstruo blanco nos encierra”.
De la inseguridad, de esta inseguridad y desamparo que padecen miles de personas, ningún tn, ninguna mirta, ninguna moria, ningún cacho castaño ni otros pusilánimes hablan, ni reclaman penas.
Festejan, festejan su alegría blanca como deben festejar las muertes por hipotermia, pues quedarán menos pobres, menos cartoneros, menos gente de la calle, menos mendigos borrachos, menos pibes adictos, menos pibes chorros.
Orlando, es una gran satifacción leer sus cartas abiertas.
Saludos
Y la nieve blanca, y siempre el blanco sobre el negro, como bien dice Lucho.
ResponderEliminarOhh la nieve tan blanca…; blanca para que jueguen los blancos en tv. Ohh..blanca como los “puros” que insisten en pegarle al gobierno.
Pero también blanca como la leche, tan necesitada por millones de hogares y tan derramada por los campestres, reclamando “medidas”.
Y los cretinos agrogarcas hablando de “la política de desprecio y ninguneo hacia el sector"; "ataques inusitados a las raíces, el corazón del ser nacional".
El frío me llega a lo más profundo del corazón, me hiela el alma! No puedo dejar de pensar en este contraste de sentimientos de lo que es el “SER NACIONAL”.
Otra vez, blanco sobre negro. MALDITA NIEVE
COMPAÑERO ORLANDO: QUE SENSIBILIDAD Y SENCILLEZ Y MAESTRIA PARA REFLEJAR ALGO TAN REAL COMO CRUEL: EL FRIO DE LOS DESAMPARADOS.
ResponderEliminarTRABAJO POR RETIRO Y HOY JUSTAMENTE VI GENTE DURMIENDO LITERALMENTE EN EL PISO, CUBIERTOS CON LO QUE ALGUNA VEZ FUE UNA FRAZADA.
¿POR QUE ESA DIFERENCIA ENTRE SERES HUMANOS? NO ES POR DESIGNIO DIVINO, SI NO POR EL EGOISMO HUMANO.
DUELE VER ESAS REALIDADES Y UNO SIMPLEMENTE PASA Y PIENSA: POBRE! Y SIGUE SU CAMINO. HASTA QUE PUNTO SOMOS O NO SOMOS TODOS RESPONSABLES?
ES UNA PREGUNTA QUE ME HAGO...
MARCELA BERENGUER
propongo llevar a los que sufren el frio a el camping de calafate , tenemos mas de 50.ooo mts 2 de alegria y calefaccion, todos cedidos por la provincia y el intendente de turno.. hay si que nadie pasa frio, y se respira un olorcito a billete que voltea.
ResponderEliminartenemos vaquitas y la lechita es gratis , donacion de la señora roxana , de puerto madero
Para el anónimo de las 14:38
ResponderEliminar“El infundio es una mentira, una patraña. Quien lo crea o quien lo difunde no exigen pruebas acerca de su verosimilitud ni de su certeza. Basta que el infundio se dirija hacia un objetivo o persona a quien se tenga rechazo…” (Orlando Barone. Carta abierta del 21/07/09)
Lo felicito, Orlando. Admiro su manera de escribir.
ResponderEliminarSi, resulta muy difícil conciliar el sueño por la noche, arropados en nuestras camas, sabiendo que mucha gente duerme en la calle, en la más cruda intemperie.
Qué hacer? Cómo ayudar?, se pregunta una.
En Tucumán y Medrano hace aproximadamente un año y medio se encuentra una señora con su perrito, sus frazadas, colchones, etc.
Todos la ayudamos en el barrio. Imposible pasar a su lado sin convidarle un chocolate o llevarle una taza de caldo caliente.
Hace un año atrás llamé al número 108, del Gobierno de la Ciudad, para avisar sobre personas que se encuentran en la calle.
Me dijeron que se estaban ocupando de esta señora. Pasó un año.
Seguramente Mauricio estará muy ocupado proyectando una escapada a Chapelco o algo por el estilo.
Y la Iglesia? Me pregunto. No podrán empeñar los oros que tienen colgando por todos lados y dar de una vez por todas el ejemplo?
Mientras tanto la señora de Tucumán y Medrano sigue ahí, con su perrito.
Y tantos más...
Un abrazo,
Ana Paula_
Me sumo al alegato contra ese desgarrante espectáculo que brinda la injusticia:
ResponderEliminarPOEMA A LA INFANCIA BREVE . . .
Qué hombre nacerá de tu amargura,
qué niño morirá en tu crecimiento
si en ese divagar de hojas al viento,
vas al mundo falto de ternura.
Ah, esperanza, generación futura
que en la calle carece de sustento
siempre serás, pidiendo, vano intento
de conservar, creciendo, tu alma pura.
Ah, niño, que caminas calle oscura
donde a vivir solo, nadie se atreve,
desabrigado niño, nieve, nieve . . .
y tú aún ríes desde la desventura.
Quién pagará tremenda desmesura;
la de pisar . . . sobre tu infancia breve.
DelsioEvarGamboa
Laborde-Cba.
Muy buen pensamiento.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Su lápiz, generoso, nos cobija.
ResponderEliminarFelicitaciones Barone.
Querido Orlando, me transportaste a mi Río Turbio casi natal... en donde la nieve no era buena noticia, quedábamos aislados por más de un mes de todo el mundo (más de lo habitual). Y ni hablar cuando (la mayoría de las veces) no llegaba el agua a nuestros radiadores, porque se congelaba!, y así nos quedábamos sin calefacción. Así y todo fuimos muy felices. El frío te junta, te abraza, te acerca al que te quiere y querés, y que con toda la locura descuidamos tanto...
ResponderEliminarSi bien mi frío no era de pobreza quería compartir este recuerdo... y sumarme a la indignación ante la farandulización -hasta- del frío mismo!!! por diossssss, cuanta gente pelotuda... abrazo!
A la fresca... linda carta abierta.
ResponderEliminarSin querer estar forsozamente en desacuerdo (este parece ser el deporta nacional) Te manifiesto que el recuerdo de la nieve del 9 de julio de aquel 2006 (?) fue maravilloso. Yo estaba compartiendo un locro popular en un barrio por victoria y al ver la nieve todos salieron a jugar y a mirar para arriba embelesados porque ese cielo salpicaba un milagro. Duró un ratito el momento en que la nieve no lastimó de frío a nadie, ni siquiera a los saquitos livianos. Luego... luego, todo lo que usted dice.
Saludos desde Mundo Aquilante!
Impecable como la nieve del Aconcagua, Don Orlando y lo suyo DelsioEvarGamboa muy bueno también.
ResponderEliminarPedro
Buenísimo Orlando. Lo leí varias veces...
ResponderEliminarSaludos.
Qué bueno oírlo con sus 6 en el 7 a las 8 y después leerlo acá. Muchos saludos!
ResponderEliminarTuve que leer a Mundo Aquilante de las 19:17 para entender qué no me cerraba de lo escrito por Orlando. No porque no se cayera de cierto sino porque a la nieve la llenaba de gusto amargo.
ResponderEliminarPasé inviernos en muchos lugares a lo largo de mi vida donde debería haber visto nevar, pero no hubo caso. La primer nieve que vi caer fue ese 9 de Julio con la cabeza llena de canas. ¡Y en Buenos Aires!. Como mucha gente al ver por primera vez el mar, asombro y magia fueron las reinas de esa noche.
Fue nieve de verdad para tanta gente que sólo la veía en la tele detrás de los famosos en esquíes. Hubo algo de inocencia entre tanto suponer saberlo todo.
Si hubiera seguido nevando una semana hubiésemos descubierto que hay gente que en el paquete de inseguridades con que vive, tiene incluído que se le venga el techo abajo cuando nieva.
Las barriadas de Bariloche, las que están fuera del circuito turístico y las demás barriadas de las ciudades y pueblos del sur argentino construyen sus casas con los mismos materiales que las villas en Buenos Aires. Con lo que hay, y se tapan de nieve cada invierno.
Cuando hace frío la casa de uno es el nido tibio. Cuesta pensar no tenerlo. Hay gente que vive como si no lo tuviera, o le queda chico, o lo da por hecho.
Recuerdo unas imágenes de TN: Casas obreras nuevas en la Provincia de Buenos Aires. Familias en sus jardines aún sin plantas, aún sin el toque de la abuela o de la patrona para darle el verde particular por fin en casa propia, tomando mate y saludando a la cámara sonriendo. Futuro barrio con nuevos vecinos, nuevas amistades por hacer entre tantos nidos tibios.
Recuerdo el zócalo debajo de esas imágenes como algo así: "El PJ hizo el mayor gasto electoralista en la Prov. de Buenos Aires".
El frío te puede matar pero la frialdad en los propósitos aniquila.
muy buen escrito OB
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