viernes, 30 de octubre de 2009

Así no vale

Así no vale: tantas leyes y anuncios seguidos atoran. Si todavía hay políticos opositores rumiando las últimas quejas sobre la ley de medios, y opositores con una lente de telescopio del Planetario buscando la fe de errata en una tilde ausente en el inciso no sé qué número sobre las señales de cable. Otros están aún desorientados lidiando con la ley que anula la acusación penal por calumnias e injurias; y hay aún legisladores discutiendo con el guionista de imagen cómo oponerse a la ley de Reforma política tratando de que el rechazo no luzca cavernario. Y encima de todo eso, de sopetón, aparece esta asignación universal de 180 pesos para los hijos de familias fuera del sistema. Por qué el Gobierno se adueña de un beneficio del que todos querían ser los autores. Hasta los violadores de niños. Los que los demonizan y quieren meterlos presos con babero. Por qué dejarlos celosos en la platea y sin subir al escenario. La oposición también había inscripto en Derechos de Autor esta idea. A qué tanto apuro. ¿El Gobierno no podía esperar a que los opositores se repusieran y recobraran del anuncio de la reforma política? ¿Dejarlos hacer tertulia en los cafés vecinos al Congreso, pedir una lágrima con biscuit, bostezar con el celular en la oreja? La oposición tiene otro ritmo. Tiene que consultar a los clérigos, a los rabinos, a los directivos de ADEPA, al grupo Clarín, a TN, a los grupos financieros privados, a Elisa Carrió, Gerardo Morales y de Narváez. A Mauricio Macri no, porque está todo el día ocupado con sus asesores de imagen para ver cómo logran que la evidencia de espionaje sea estratégicamente echada a un sumidero y los porteños sigan mirando las flores flamantes en los canteros. A Reutemann no hay que ir a consultarlo porque lo que diga a la mañana ya a la tarde no lo dijo. Y Cobos sigue acaramelado en el tiempo de la 125 y no se dio cuenta de todas las leyes que se fueron sucediendo. Tantos anuncios al hilo exigen mentes despiertas, reflejos rápidos. Así atorados a los opositores se les hace difícil presentarse en los medios asociados y quejarse y bramar llenos de sonido y de furia. ¿ Sobre qué tema discutir si te ponen un montón todos juntos? Entre llegar al piso del canal, pasar por la sala de maquillaje, saludar al director con el que hay que tener un conveniente vínculo , se va pasando el tiempo. Y no alcanza para salir a patear ley tras ley. Porque cuando se está rechazando la ley de antes de ayer todavía tibia, hay que empezar a patear la de hoy; y quién sabe qué otra ley les encaja esta presidenta cuando venga de Chile. A lo mejor decreta que aparte de la asignación universal por hijo se distribuya una asignación universal para que los pobres puedan costearse y terminar la universidad y seguir un posgrado en La Sorbona. Paren la máquina. Así no vale. Para peor para los opositores opuestos in extremis los fondos para la asignación universal se pagan con aquel ingreso que las AFJP manipulaban para si mismas. Pensar que ellos rechazaron la ley y ahora se hacen los generosos. El Gobierno éste no para la velocidad ni en los feriados. Así no vale.



Carta abierta leída por Orlando Barone el 30 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

jueves, 29 de octubre de 2009

Gratitud a Lothar Matthäus

Antes que nada se le deberían agradecer a Lothar Matthäus sus invalorables servicios no prestados. Pocos como él, sin hacer nada, sin venir, y sin ratificar ni insinuar las tantas especulaciones y delirios vertidos sobre su vida y la de su novia, ha sido motivador de una de las más extraordinarias prebienvenidas sin aeropuerto de partida. Además de alentar una de las más creativas expectativas sobre su llegada sin siquiera iniciar el viaje. Gracias a él también es posible este texto alusivo sobre cómo la oferta de nimiedad impone la demanda. Porque Lothar Matthäus durante todos estos días inspiró al periodismo, a los periodistas, a los medios, a los auspiciantes; y a millones de televidentes, oyentes y lectores argentinos al ejercicio de hacerlo destinatario de una imparable sed de invención, conjeturas y opinionismo. Hubo hasta vendedores ambulantes que en lugar de choripán y chipá ya querían poner puestos de salchichas con chucrut. Se volvió a recordar el milagro alemán de pos guerra y a las antiguas cervecerías Munich. Pero Matthäus no viene. No vino. No vendrá. No “vinió”. Y ni ha venido o habría venido. No fue. No cuajó. No cumplió ni incumplió ni descumplió. Pero aún sin hacer nada hizo mucho. El aporte de su novia modelo, en abstracto, acrecentó el entusiasmo mediático. Que ella quería venir aquí a modelar, que quería ser protagonista del jet set e integrar nuestra farándula. Que Ingrid Grudke iba a ser su traductora. Que Kristina Liliana iba a bailar en el caño. Y que Lothar exigía por contrato cigarros más gordos que los de Francis Ford y Guillote Copola y una limousine con yacuzzi enchapado en oro y en el asiento de atrás una cama con baldaquino. Si no hubiera sido por Matthäus el periodismo no hubiera tenido tan copioso material del supuesto primer mundo para sus crónicas de imitación Macondo. Lothar Matthäus sin venir vino, “vidi y vinci”. Rácing consiguió un marketing outlet; y logró relucir, aunque sea fugazmente en la prensa del mundo, con la nostalgia de otras épocas. Pero esta vez sin necesidad de ganar, solo anunciando un anuncio fantástico, un contrato sólidamente autenticado con cuentas bancarias etéreas. Gracias a Matthäus por hacernos ver una vez más la inagotable creatividad de la prensa ante el estímulo más incierto. Instándola a reaccionar como un adicto con síndrome de abstinencia al que le muestran el dibujo de una planta de amapola. Ya mismo una tribuna del estadio de Rácing merecería llevar su nombre. Y al menos el sector damas llevar el de su novia. Y a todas las notas, palabras, crónicas y delirios que se publicaron o dijeron sobre el tema, dedicarles un escatológico canto futbolero y un irónico manto de olvido. Que Goethe nos perdone.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 29 de Octubre de 2009.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Avestruces verdaderos

Es cierto, como ironiza acertadamente un participante del blog: “el avestruz no esconde la cabeza ante el peligro”. Y frente a una amenaza solo encoge e inclina su largo cogote a ras del piso. No sé: nunca fui testigo de ningún avestruz. Pero tampoco el gato tiene siete vidas, aunque la leyenda lo dice. Y no es cierto que “perro que ladra no muerde”. Sin embargo hay culos mordidos que prueban lo contrario, porque sus portadores no hicieron caso a los ladridos. Hay muchas cosas no ciertas que siguen siendo creídas. Por ejemplo la “luz mala” : lo que existe es la luz pero no hay forma de saber si es buena o mala. Y hay un caso evidente: el photoshop. Si se sabe que altera y trastoca la foto original,¿ por qué miramos esa foto como si fuera cierta?

Orlando Barone.

martes, 27 de octubre de 2009

“ No va a andar “ es nuestra naturaleza

Fue el periodista Jacobo Timerman en los años noventa quien decía que el nombre ideal para una revista o publicación argentina sería “Contra”. No recuerdo que especificara contra quien, pero se podía suponer que debería estar contra todo: contra los que están a favor y contra los que están en contra. Algunos intelectuales notables se especializan en la tendencia. No están ni allá ni acá sino con ellos mismos. Aporto otro título posible: “No y no”. De algún modo la revista “Barcelona” es el modelo: se burla y se ríe de todo. De la derecha y de la izquierda; de los nazis y el holocausto; de los que fabrican pobres y de los pobres. De los que putean contra los piquetes y de los piqueteros. Desde el día de la madre, hasta el día del sepelio. Nos divierte casi siempre, menos cuando la burla nos toca a nosotros exigiéndonos una autocrítica o tolerancia extremas. Hace ya décadas se popularizó ese apotegma que decía “ No va a andar”. Y la frase servía para augurar y desear el fracaso de un negocio, de un amor, de un viaje, de las ideas de los otros. La frase fue creación de Jorge Schusseim en la publicidad de la marca “W” en 1982. Y en el aviso el cómico Juan Carlos Calabró, a través de su personaje “El contra”, se la decía a Marcos Zucker decretando que un producto nacional “ no va a andar”. Y su gracia aumenta por su incorrección: ya que “andar” sustituye a la correcta “funcionar”. Yo mismo la usé como ironía en otro texto de hace unos meses. Ahora Ricardo Lorenzetti, el presidente de la Corte Suprema, acaba de decir en una entrevista a La Nación que “la Argentina es una sociedad de opositores”. Como si dijera que nada a favor “anda”. Además agrega, que hace mucho se han establecido dos sociedades o partes opuestas en la manera de sentir y pensar el país. En esto no somos originales. Aunque aquí las dos partes “contra” también son contras hacia si mismas. Casi todas las sociedades del mundo se doblan en ideologías o proyectos contrarios. En bastantes familias se cumple el ritual shakesperiano de Montescos contra Capuletos o viceversa. Lo que nos singuraliza a nosotros es que profesamos la oposición como sistema de vida y de relación. Somos densos.Y en casos extremos ante algo que nos tienta a estar a favor le buscamos el pelo en la leche. Y tiramos la leche. Y lo más riesgoso psíquicamente es que somos capaces hasta de oponernos a nosotros; autodestrucción bastante frecuente. Intuyo que esa necesidad de oponerse y de ser “contra” nace de nuestra naturaleza insegura. Ser contra luce más inteligente que estar a favor. El rechazo favorece más, comparado con el asentimiento. Por eso, decir que un proyecto “ no va a andar” nos coloca en una privilegiada situación de suficiencia y no de complacencia. Cada día el voto argentino “contra” es más entusiasta. Aún a favor, es contra otros. No se trata de un voto rebelde-no hay que engañarse- sino cautivo de su naturaleza. El avestruz, escondiendo la cabeza en un pozo, se niega a ver. Se opone a la realidad de puro “yoista” que es. Pero la realidad se lo come. En cuanto a nosotros, por oponernos, nos perdemos un humilde placer: el de alguna vez estar a favor.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 27 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.


lunes, 26 de octubre de 2009

Pacifistas malhumorados, hipócritas

Es interesante cómo una líder política ostentosamente cristiana como Elisa Carrió acentúa cada vez más un mensaje furioso. Como si el calor de solarium que le arrebata el color de la piel, también abrasara sus palabras. A medida que brama pide calma; y a la par que exagera indemostrables trincheras con piquetes armados, recomienda no dejarnos incitar a la guerra. A su caricatura la resume el guiño de ojo, y su retórica dogmática. A quienes no profesamos actividad religiosa y respetamos a quienes lo hacen nos sorprende que sea desde ahí de donde surjan amenazas que parecen más apropiadas de la Inquisición que del Cristo piadoso. También el rabino Bergman, de formación de templo, con la excusa de la paz profiere mensajes incendiarios. Para colmo con rima y aforismos. Caravanas rurales que se inspiran en la virgen de Luján no paran de enfurecerse y dicen con evidente impunidad que el que impone la furia es el gobierno. Si se les consiente un ministro; y se le otorgan subsidios y créditos y se los invita al diálogo, ellos los ignoran. Y sacan a relucir otra vez a los chacareros con nafta, que prometen otro tractorazo fraterno. En las grandes fiestas católicas el cardenal Bergoglio- el mítico casi Papa, que perdió por un humo la fumata- habla públicamente y dicta parábolas. Suenan ambiguamente dulces pero excitan en la oposición reacciones feroces e interpretaciones tajantes. El obispo Casaretto se afana, codicioso, por apoderarse de la demagogia de la pobreza. No sea cosa que se la escamotee más sinceramente Milagro Sala. No menos religiosa, Gabriela Michetti últimamente calla; de modo que otorga. Sean a las patrullas urbanas limpiadoras de lastres humanos, o a los espías de maestros y dirigentes. En tanto, contrariando los deseos de la prensa que los unta de almíbar, los líderes de la oposición tratan de ponerse de acuerdo entre sí pero no lo consiguen. Les resulta difícil. Metidos hasta acá en la rabia contumaz no controlan su pulsión “anti” y no logran ser socios ni en la parodia de unirse. Intentan ser aliados contra el enemigo K, pero no pueden construir ni una letra alternativa minúscula. Creen tener a su merced al objetivo, pero resultan como esos amantes fanfarrones impotentes que se quedan en inconclusos aprontes. Forzados a simularse pacifistas disparan a diestra y siniestra recomendaciones de democracia, mientras la tensan y exasperan. Son líderes rabiosos. Desatados en la recriminación y la histeria, y por estar todo el santo día en escena y en el cartel que les diseñan los grandes medios interesados, acabaron creyéndose que esa ficción mediática es la realidad política. Por más que luzcan inspirados en biblias parecen cooptados por diablitos enanos que incontinentes se les desahogan por la lengua. Charlatanean la paz con sed de discordia. E hipócritamente, mientras que se aprovechan de la libertad, se quejan del fascismo.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 26 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

viernes, 23 de octubre de 2009

“Mariconadas” y estigmas crispados

No hay ningún reinado mediático del “Mal” que no tenga competencia y sustitutos. En estos días es el caso de Milagro Sala, una revelación piquetera. Luego de su “escrache” a Gerardo Morales , ha pasado a ganarle a Luis D Elia su maléfico cetro. Y ha ingresado en el salón de las estrellas manchas; de las protagonistas sospechosas. Es que Milagro Sala, por su género y su currícula no prístinas,( y es una suerte) como corresponde a rubro tan áspero, parece tener los atributos necesarios como para ser ferozmente consagrada por la jauría predadora de pobres. O de rebeldes. El otro día, cuando en una entrevista radial que le estaba haciendo Victor Hugo Morales, un periodista de la mesa intervino insinuándole a Milagro su pasado de adicciones. Pero Víctor Hugo lo paró en seco. Ese tema, le dijo, no tenía nada que ver con la sustancia de la entrevista. La súbita estigmatización de la actora social tuvo enseguida competencia: los Pérsico, hijo y padre, y su saga delivery de “porro” en auto oficial. Anécdota convertida en catilinaria. Es que según el relato en escena, un piquetero indócil y travieso equivale a un estafador global macro. Impotentes, disfuncionales para estigmatizar a ningún referente vip refinado, estigmatizan al más vulnerable socialmente. Cuentan con la aquiescencia de una parte de la sociedad medio pelo. Un airecillo furioso amenaza extenderse hacia -y contra- las organizaciones y movimientos sociales irreverentes, puntualmente llamadas “piqueteros”. El piquetero es una réplica callejera del gaucho matrero de la mitología de la pampa del Martin Fierro, antes de ser sometida brutalmente por la soja y por los sojeros. Los piqueteros no posan de puros. Tienen malos modales. Frente al periodismo su modesto lenguaje puede traicionarlos. No marchan a hacer ofrendas a la vírgen de Luján ni cantan el himno por cualquier menudencia. Y a lo mejor no lo saben. Esta nueva embestida mediática contra las organizaciones sociales, o de base, se produce desde la lente de otra cultura y otros estándares; esos donde la trampa en lugar de huellas barrosas deja injusticias de guante blanco. Fue el caliente conflicto de Kraft-Terrabusi el que expandió la sensación de amenaza proletaria, y el exquisito pánico burgués ético. Aterrados opositores crispados temen que a la moda del caos le siga la de la insurrección antiempresas. Milagro Sala encaja en ese modelo; no así los De Angeli. La crispación es la mariconada del estado de ánimo de los multimedios y de algunos caraduras opositores que echan fuego por la boca. Y sospechan arsenales escondidos y al acecho en las taperas. Para aportar a este clima, tantos colegas se solazan estigmatizando hacia abajo. Es más fácil.




Carta abierta leída por Orlando Barone el 23 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Preguntas periodísticas para no periodistas

¿Cree que un periodista es libre y autónomo? ¿Cree que cuanto más reconocido e influyente es, más independencia tiene? ¿Cree que un periodista opositor a un gobierno es más independiente que un periodista que es más acrítico? ¿Cree que el periodismo es más verosímil que el poder ejecutivo, que el legislativo o el judicial, y más objetivo que cualquier otro medio de opinión incluyendo el ámbito universitario y el de la ciencia? ¿Cree que las empresas de comunicación se abstienen de mezclar sus intereses privados o de corporación del contenido del mensaje que emiten? ¿Cree que los periodistas no arriendan su inteligencia ni sus principios al medio que los emplea o que los contrata? ¿Cree que es fácil darse cuenta de la veracidad o insustancialidad de la información que se recibe? ¿Cree que el receptor de noticias considera más creíbles las noticias que coinciden con sus deseos que aquellas que lo contradicen? ¿Cree que la adhesión a un periodista es exclusivamente por sus cualidades profesionales o que la adhesión es por compartir una ideología y un criterio acerca de las cosas? ¿Cree que el periodismo debería tener algún tipo de control o de consenso deontológico? ¿Cree que el derecho a saber de los ciudadanos debe ser correspondido por un esfuerzo de veracidad de los medios? ¿Cree que la concentración de medios es un riesgo que amenaza con la manipulación de la sociedad? ¿O cree que ya está manipulada? ¿Los multimedios se acostumbrarán mansamente a reducirse sólo a medios? Finalmente: ¿A los medios qué les importa más una verdad sin interés o una mentira emocionante? Esta pregunta se la robo a Aldous Huxley.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 21 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

martes, 20 de octubre de 2009

Mentiras creídas, increíbles e indemostrables

¿Quiénes mienten más, los oficialistas o los opositores? ¿Quiénes producen más mentiras, los periodistas afines al gobierno o los periodistas que se oponen? ¿Entre una mentira que usted desea creer que fuese verdad y una verdad que desmiente la mentira de su deseo, acaso usted no se queda con la mentira que desea? Lo contrario de la verdad no es solo la mentira, también lo contrario de la verdad es callarla, esconderla, omitirla, alterarla. Si se dice que se invirtieron en trenes inútiles 1.500 millones de pesos y se responde que solo eran 370 millones y que más de la mitad de los trenes funcionan; alguno de los que dice cifras tan desiguales debe ser mentiroso. Entonces, si yo sospecho del Estado, el mentiroso es el Estado, y si sospecho del que tiene un interés privado el mentiroso es este. Por tradición, en general se decide que quien siempre miente es el Estado. Porque es el blanco colectivo. El problema se plantea cuando en una cuestión mienten todos los involucrados. Por ejemplo en el banal y reciente caso del globo aerostático en Estados Unidos. Mintió la familia del niño que presuntamente se había disparado con el globo y mintieron los medios al no certificar la mentira para no perder el negocio de la noticia vendedora. ¿Quién es más mentiroso, el que inició la mentira, el que la expande o el que le da credibilidad garantizándola con su nombre o su sello? Si existiera un detector público de mentiras, ¿Quién miente más: el Indec, las consultoras económicas, los grandes medios, los funcionarios del Estado, los consumidores o los operadores de las corporaciones? Está bastante parejo, pero siempre la televisión desempata. Está el caso del periodista de La Nación: el periodista dice que no miente, YPF dice que miente, y el video sin responsable podría ser irresponsable. O manipulado. O inciertamente cierto. Eso sí, lo que no es mentira- porque está publicado y firmado- es que el periodista del video tiene predilección por difundir sospechas e informaciones furtivas en contra de YPF y del gobierno. Es especialista en verdades no demostrables. Pero bastante creídas por afinidad de deseos intencionados. Hay otro ejemplo. Se puede decir que los hijos de la viuda de Noble podrían ser hijos de desaparecidos ilícitamente apropiados, pero los propios hijos negándose a averiguar sus orígenes, impiden que eso pueda verificarse. ¿Y si no se verifica, es mentira la sospecha, o es verosímil porque hay resistencia a la prueba?. Finalmente ¿Qué pasa con las mentiras, adónde van, a qué pozo, a qué closet, a qué tribunal supremo? La mentira suele correr como una calumnia, como corre una moneda falsa. Uno no fabrica ni acuña la moneda falsa pero si le conviene no la saca de circulación, la sigue pasando como si fuera legítima. Así sucede con la calumnia. Cuanto más mal se hable de aquel al que odiamos más damos por cierto lo que se le endilga. En la antigüedad se decía que la mentira era una costumbre de esclavos. Hoy es una costumbre de amos. Fueron los amos quienes le mintieron al mundo. El financista Bernard Madoff fue el único amo enjuiciado. Y fíjense otra paradoja: entre Berlusconi, y una prostituta, se consiente que la que no miente es la prostituta. Aporto una pregunta maliciosa: ¿Si el noticiero muestra que llueve donde estamos nosotros, y la imagen registra la lluvia, y nosotros, que estamos en el lugar, vemos que no llueve, ¿Le creemos al noticiero o a nosotros? Habrá quien le cree al noticiero.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 20 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

lunes, 19 de octubre de 2009

Paren el fascismo. Paren.

Que urgente vengan veedores y fuerzas conjuntas internacionales. Que se exija la intervención de la OEA, de las Naciones Unidas, del flamante premio Nobel de la Paz, de la Corte de La Haya, del G 20 y del comité de emergencia global. Que en la feria de Frankfurt decomisen el stand argentino por irreverenciar a la cultura con sus iconos bárbaros, salvo Borges. Que hagan callar a Diego Maradona y le borren todos los tatuajes de asesinos. La oposición en estado trémulo pide que aquí se termine el clima de violencia creado por el gobierno. Que se deje tranquilo al bucólico campo y al bucólico empresariado filántropico. Ya no se aguanta esta dictadura de alcoba. Como denuncia la pacifista Elisa Carrió vivimos en el pavor del fascismo, y bajo émulos de Stalin y de Ceacescu. Que los oficialistas dejen a los nietos robados y apropiados en sus hogares felices y sin enrostrarles sus orígenes, y que se dejen de importunar a sus buenos padres apropiadores. La Argentina pacífica de la Oposición, la de su comprensión y tolerancia, no puede seguir en silencio, acosada por viles esbirros que desconyuntan columnas vertebrales y someten a los opositores a cámaras de suplicio. Puro fascismo. Basta de este clima de oprobio y de persecuciones que impidió que las familias celebraran en paz el día de la madre. Qué día amargo, sin alegría, sin asados, sin ravioladas. Sin mensajes de texto, sin regalos. Pensar que podía haber sido un día de sol ideal para que la sociedad poblara alegremente paseos y parques y en cambio toda la gente se quedó recluida, temblorosa de que patrullas de Hitler violentaran sus casas. Un clima denso de temor amenaza a la pobre patria en la que nadie puede decir nada en contra del gobierno. Y donde los medios están obligados a ser oficialistas y a publicar únicamente buenas noticias. Ningún periodista puede expresarse críticamente contra este sistema de claustro y de totalitarismo. Basta leer las tapas de los diarios censuradas. Los noticieros impedidos de contar fábulas sangrientas. Y comprobar cómo los embajadores extranjeros, asustados, se niegan a presentar sus cartas credenciales a este gobierno sospechoso. No hay país que invite a la presidenta. Y para colmo este gobierno violento está sediento y angurriento de leyes. Engolosinado por la Ley de medios, y por las de las AFJP y Aerolíneas, sigue con hambre y no para. Ahora pretende la ley de Reforma política. ¡Dios mìo! A este paso a la oposición no le va a quedar otra cosa que oponerse. Y no le va a quedar tiempo para tener una sola idea. Aunque una tiene: la de la tiranía. Esa sola idea la obsesiona y al comparar aquella tiranía donde se torturaba y desaparecían personas, y donde los ciudadanos habían sido expulsados de cualquier participación cívica y política, la oposición se da cuenta que aquella dictadura era mejor que ésta. Es demasiado. Tanto fanatismo opositor acaso oculte una inconsciente nostalgia procesista.



Carta abierta leída por Orlando Barone el 19 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

jueves, 15 de octubre de 2009

Canto de murga futbolera

Se chupa la mamadera
Se chupa la bombilla
Se chupa una naranja
Y se chupa un helado
Los bebés se chupan el dedo
Y los periodistas se chupan
Sus malos deseos.
Que chupen y que chupen.
Por aguafiestas.
Que chupen los agoreros
Que chupe la chusma
Y no deje de chupar.
Que chupen concentrados,
Que chupen monopólicos,
Que chupen y hagan señas
En el Campo y en el Senado,
Y que sigan diciendo que
Argentina sin chances
No se va a clasificar.
Lo decían las encuestas
Lo decían los expertos
Que no podía ganar.
Lo decían los que niegan
A Dios y los que niegan
Al diablo.
Y los que niegan
El “si” porque sufren
De negación convulsa.
Y de rechazo popular cósmico.
Y de malos deseos de época.
Argentina iba al fracaso
Su derrota estaba puesta.
Maradona no la emboca:
El equipo va al ocaso
Bilardo ya no aguanta
Los jugadores ricos
No sienten la camiseta.
Argentina no entra.
Lo decían
Y lo deseaban sin darse cuenta
o con el augurio pensado.
Chupan y chupan y no dejan de chupar.
Se chupa una mandarina,
Se chupa un tetra brik,
Se chupa el Centenario.
Que las damas perdonen
“Chupar” es el verbo iluminado.



Orlando Barone.
Leída el 15 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

miércoles, 14 de octubre de 2009

La hegemonía mediática muerde y muerde

44 a 24 votos es un resultado contundente. Una prueba empírica de mayoría indiscutible. Sin embargo la realidad mediática sigue rechazando ese consenso democrático. Si hubiera hecho falta algún indicio que disipara cualquier duda acerca de que la concentración de medios es hegemónica y su mensaje intencionado e interesado, aquí está la reacción escandalosa en contra de la ley ya votada. Los grandes medios audiovisuales, los columnistas y periodistas de esos medios, y la alianza natural con los grandes diarios del país- que también poseen- se mancomunan en un desconsuelo rabioso contra la ley ya votada. Si alguien ajeno a nuestra realidad democrática pretendiera entender este escenario creería que acaba de votarse una ley ingrata, ajena a las adhesiones sociales y a espaldas de las mayorías involucradas. Es que el motivo por el cual se consagró esa ley es precisamente el de darle a la sociedad la chance de no estar a merced de una opinión y una agenda monopolizadoras o preeminentes. Y esto lo demuestra: estamos asistiendo a un mecanismo de saturación mediática del rechazo; a un obsesivo cerco comunicacional opositor que en cada publicidad, programa, entrevista, spot, zócalo o anuncio desconoce y deslegitima la nueva ley de medios. Muerde y muerde acaparando gran parte del ejercicio de morder. Usan la mordida exclusivamente para morder al gobierno a troche y moche. Se apela a constitucionalistas predispuestos desde sus probetas a descontitucionalizar lo votado y promulgado; se apela a presuntas desapariciones y desempleos del colectivo periodístico. Y se apela a la demagogia del daño ético cuando el único desconcierto que los agita es tener que achicar sus negocios. Urden amenazas; se victimizan; deslizan sospechas de sobornos para enlodar el resultado abierto en el congreso. Pero aún cuando todavía no puede haber cambios tangibles, algo está cambiando. La sociedad ya no ignora quiénes somos los mensajeros ni el mensaje ni el soporte. Se ha pisado el hormiguero. Ha sido como obligar a los medios, amparados en una escenografía privada, a descorrer las cortinas y hacerse públicos. A mostrarse sin el falso escudo de la libertad de prensa. A mostrar la hilacha, el ovillo, el cargamento. La cocina de un restaurante transparenta el menú más que la decoración de la mesa. Y que los acaparadores del poder mediático sigan mordiendo a la ley desde todos los ángulos, es una prueba de la oportunidad y el éxito de haberla cambiado. La perspectiva es que ya no se ate a nadie al predominio de un discurso. Ni a la supremacía de un mensaje. Atarse o soltarse va a ser a elección. Antiguamente la palabra griega “ parreshía” significaba “decirlo todo”. No quedarse con nada. Y más en argentino: “desembuchar”.



Carta abierta leída por Orlando Barone el 14 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

martes, 13 de octubre de 2009

El retorno de la ingesta forense

El mundo de las noticias, tantos días cautivo de un monotema audiovisual, retorna a su rutina. Ya era hora que la inseguridad resucitara con su saga de muertos. Por culpa de la ley de medios se la extrañaba. Pero una vez aquella sancionada, la primera plana recobra la pandemia asesina. Es como si los malos hubieran estado esperando a que los grandes medios agotaran su papel prensa “antiley”, para recobrar la agenda de daños corporales. Y la de de indignación vecinal y desconsuelo. Las tediosas argumentaciones mediáticas y los foros no pueden compararse con una buena tragedia apta para estrujar los tiernos corazones. Cualquier debate pierde efecto ante una víctima inocente recortada en los medios como modelo trágico. Si hay algo seguro en el periodismo es la inseguridad. Sin la inseguridad los medios se sienten inseguros, vacíos. Son como la fauna cadavérica, que sin cadáver sufre síndrome de abstinencia. Hay un periodismo tan entrenado en el género mortuorio que ruega que en cada comisaría, cada día que empieza haya al menos una denuncia feroz, algo que sirva para un relato más violento que uno filmado por Tarantino. Funcionarios atribulados se entregan a la demagogia acosados por la demagogia de la violencia, esta vez en el Tigre. De todos modos la cantinela sobre la atroz ley no se terminó en el Congreso. No. Sigue, porque aunque fue promulgada democráticamente, y por amplia mayoría- los involucrados, desnudos en flagrante hegemonía, la van a deslegitimar largamente como si fuera la obra de una gestión totalitaria. La van a agitar, violentar, enjuiciar y descalificar. Y aquí la paradoja. Los encargados de mentir para atacarla no van a ser solo inversores y patrones damnificados en sus negocios. Rechazadores lógicos por otra parte. Sino que van a ser muchos periodistas que no quieren la nueva ley por temor a tener que asumirse. Sí, a descubrirse a si mismos. A tener que empezar a preguntarse cosas cuyas respuestas daban por seguras. A la par se repone la épica del crimen. La ingesta forense es aliada de la ingesta mediática. Ambas se realimentan.


Carta abierta leída por Orlando Barone el día 13 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

lunes, 12 de octubre de 2009

Sábado de gloria

Están el lago de Palermo, están Palermo viejo, Palermo Soho, Palermo Hollywood y Alto Palermo. Está la ciudad de Palermo , la capital de Sicilia. Y en Colombia hay una región que se llama Palermo. También está el hipódromo. Y ese tango que canta: “Palermo me tenés seco y enfermo”. Y está Palermo. Así a secas: Palermo. Lo que son las cosas: a este Palermo que no es un barrio, una ciudad, un lago ni un tango se lo pretende convertir en un milagro. Llamarle milagro a la acción o a la visión de un santo vaya y pase, pero es una mezquindad de interpretación llamarle milagro a la obra de un goleador. De un jugador de fútbol que desde que pisó una cancha hace ya años, y como no tiene dones para el toque, para la gambeta, para el estilo, para el caño, el chanfle, ni el taquito fue investido por la naturaleza con el don de hacer goles. Es lo único que hace: goles. Hace los goles fáciles y los difíciles. O no los hace, los yerra, los tira afuera. Pero adentro o afuera siempre se trata de goles. Así que el gol del sábado contra Perú cuando ya el referí estaba aspirando aire para hacer sonar el silbato del final del partido, no es un milagro sino un gol. Todos saben qué es un gol. La pelota empujada por un pie, por la cabeza, por el hombro, por la espalda, o a veces por la mano si nadie la ve o es la mano de Dios, entra al arco. Y si entra bajo un diluvio, atravesando una cortina de agua, descuartizando gotas grandes como lágrimas de dinosaurio, y en el momento en que la hinchada argentina no entendía cómo era posible que ese sábado que había empezado tan bien terminara tan triste. ¡Cómo ¡ ese sábado 10 que había empezado al alba en el Congreso con un gol democrático de media cancha en el senado, no iba a tener su correlato en el fútbol. El gol de Palermo no fue un milagro. Lo viene pensando, planeando, imaginando, soñando, ensayando desde que supo que no le quedaba otro recurso que limitarse a esa tarea. Cada vez que se mira los pies debe entender que no son los de aquellos que tienen pies como manos. Los de él son nada más que pies. A veces pies que parecen enchapados en barro duro y con poca predisposición a acariciar nada. Los podólogos y pedicuros deben restaurárselos con limas, formones y garlopas de carpintero. Porque Palermo sabe que el nigromante que reparte atributos fue avaro con él y en lugar de dotarlo de atributos exquisitos y académicos, solo lo dotó de la limitada especialidad de hacer goles. De especialista adicto en orgasmos , sean casuales, agónicos o bizarros. Pero nunca orgasmos de orfebre o de ángel o de artista. Acaso el del sábado haya sido el gol más empapado de la historia del fútbol. Un gol inundado, chorreado y ensopado. Entre el amanecer de la ley en el Congreso y la noche del fútbol en Núñez - pasando por Palermo- fue un sábado de gloria.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 12 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

viernes, 9 de octubre de 2009

La ley “Kriptonita” y el dilema del acuario

Cuando la Asamblea del Año XIII abolió aquí la esclavitud debe de haber habido algún esclavista que se opuso. Por suerte el Estado intervino en el mercado humano y logró desesclavizar a la patria. No se me ocurre pensar que hubiera esclavos que estuvieran en contra. Por eso hoy es democráticamente inexplicable, que una ley firmada por Videla, Martinez de Hoz y Harguindeguy tenga defensores en el Congreso. Más me resisto a creer que haya periodistas que prefieran aquella ley a la nueva. Faltan horas para el día de la “Kriptonita”. ¿Se acuerdan? Aquel mineral dorado del planeta Kripton: el único poder que hacía vulnerable a Superman. La que ahora nace es una nueva “kriptonita” que vence y reduce Multimedios y monopolios a tamaño small o estándar. Tanto llamarla la Ley “K” y al final la “kriptonita” viene a cumplir la profecía. Déjense de acosar a la letra y a lo mejor vuelve calladamente al abecedario. “ Nada por aquí, nada por allá, abracadabra, la ley de radiodifusión ya está aquí”. Nace en ese ámbito de la democracia- a veces tristemente apagado o dramáticamente sometido- y aparece de pronto iluminada, intangible como un patrimonio constitucional argentino. Exige tener la cabeza libre. Porque todos empezaremos a asumir un desafío, como relatores de noticias o como consumidores de relatos. Acostumbrados al acuario hegemónico nos vamos a enfrentar con el mar abierto. Sabemos nadar pero hace mucho que nadamos en espacios reducidos. El mar es vasto y asusta, sobre todo a los delfines muy acostumbrados y cómodos en cautiverio. Scalabrini Ortiz hace setenta años escribía: “Todo lo que nos rodea es falso e irreal. Falsa la historia que nos enseñaron, falsas las creencias económicas con que nos imbuyeron, irreales las libertades que los textos aseguran…Es necesaria una virginidad mental a toda costa”, decía Scalabrini. Vírgenes podremos cumplir con aquella sentencia de Platón: “ Verdadero es el discurso que dice las cosas como son: falso el que las dice como no son”. Para Platón era fácil advertir la diferencia. Pero no para uno que oye el mismo discurso en todos lo canales. Por eso la ley de la libertad de prensa y de la libertad de ser informado, va a inaugurar la era de la virginidad mental mediática. Hay de todo para elegir. El que quiera quedarse en la prehistoria tiene la libertad de quedarse en el acuario.


Carta abierta leída por Orlando Barone el 9 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

jueves, 8 de octubre de 2009

Piquetes elementales surtidos


En inglés se le llamó picket y al movimiento picketing, porque fue en los Estados Unidos, durante la crisis de 1930 cuando en Chicago y Nueva York aparecieron los primeros grupos urbanos de desocupados rebeldes. Copiaban o remedaban el estilo de los piquetes militares que atravesaban temerarios las filas enemigas en evidente inferioridad numérica. Fueron naturalmente reprimidos. Los Estados unidos pasaron tiempos de piquetes que van desde el Ku Kux Klan, hasta su contrario la reacción afro contra la segregación en tiempos de Luther King. Después de tanto, y como curiosa situación de inmovilidad histórica, el piquete se mantiene y resiste en su forma sin cambios de acción ni de diseño. La geografía argentina post- noventa es propicia para su divulgación y su protagonismo. No es la única, ya que existen diversas manifestaciones de piquetes en muchos países. Greenpace hace piquetes náuticos en el mar; los activistas antiglobalización hacen piquetes contra las reuniones cumbres del G-8 , los inmigrantes africanos o arábigos marginados en Francia hicieron piquetes en los suburbios de Paris incendiando cientos de vehículos y los asambleístas de Gualeguaychú cortan puentes fronterizos por rechazo a una pastera. La resonancia mediática convierte al piquete en exitoso desde el punto de vista de la repercusión socio política, más allá de la suerte de sus aspiraciones o conquistas. Un neumático encendido, un bloqueo de ruta y un grupo enardecido componen el teatro básico que excita la adicción movilera. Y últimamente la ira de vecinos tocados por el desorden al que por aspavientos se llama “caos”. La tendencia tentó también a los patrones de haciendas y de campos que también se apropiaron del piqueterismo. Pero el campestre, es de estilo menos peatonal que el otro, y más técnicamente vehiculizado. Aquí hubo un piquete bautismal en abril de 1997. Un piquete de los tiempos modernos, llamémosle así, aunque los signos de injusticia y de discordia sean más antiguos que la antigüedad. Fue en Cutral Có, en Neuquén a raíz de los despidos de YPF. Allí se produjo un piquete petrolero. Inusitado para la época, tan pródiga en la aparencial y próspera propagación del pacífico neoliberalismo. La represión causó la muerte de la trabajadora Teresa Rodríguez de 24 años, acaso la primera víctima anónima que la tragedia convirtió en representativa. Entonces se alentaban cánticos y estribillos alusivos a la resistencia. Algunos de ellos, los más entonados por los militantes del Partido Obrero decían estas letras: “Los mejores, los únicos,/ los métodos piqueteros”. O “Corte de ruta y asamblea,/ que en todas partes se vea,/ el poder de la clase obrera”. A una de los autores se lo conocía como El Kabra. Escrito con K, cuando esta letra todavía era infrecuentada. La Bersuit Vergarabat le puso música a algunas de ellas. Una de las canciones canta: “Ellos tienen el poder y lo van a perder”. Pero no lo perdieron. Y porque tanto los políticos como los banqueros solo recibieron huevazos. Pero quienes recibieron las balas y la muerte en años sucesivos fueron algunos piqueteros como Kosteki y Santillán en Avellaneda, y el docente Fuentealba en Neuquén, por citar modelos dramáticos reconocidos. Hay motivos y motivos y motivos, para el piquete. Cierta sociedad que los detesta, acompañada por periodistas que también los detestan, ya se han ido resignado a rabiar por los medios. Es solo rabia oral. Rabia “enrabiada”. Se insiste en que la represión es más eficaz que la paciencia. Pero por suerte el Estado-éste- no se tienta a la muerte.



Carta abierta leída por Orlando Barone el 8 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.

jueves, 1 de octubre de 2009

Psicología del país negro

Tenemos dos actividades psíquicas: una consciente y otra inconsciente. Psicología básica. Por eso tenemos el deseo consciente y el inconsciente. Este, como su nombre lo indica, está escondido; latente debajo del otro. Freud explica que nuestro inconsciente es el receptáculo de todos los procesos mentales que no podemos conocer voluntariamente. Por el contrario, lo consciente es aquello que se expresa hacia fuera racionalmente, por voluntad propia. El más temible e inesperado es el deseo inconsciente. Acecha latente en los repliegues y es el que sin pedir permiso sustituye y supera al consciente. Son dos deseos contradictorios. Uno desea una cosa y el otro otra. El deseo inconsciente es más libre y auténtico que el consciente. Pero hay una gran parte de la sociedad argentina-esa cuyo retrato queda expuesto y desnudo en la cadena de medios- que carga los dos deseos juntos. Y los dos hacen fuerza en el mismo sentido. No le basta con uno : carga los dos. Y ambos sobreexpuestos orgullosamente. Esa parte de la sociedad ha llegado al extremo de hacer consciente el inconsciente porque quiere honrarse con ser responsable de ambos. Porque en esos dos deseos figura sentir que la Argentina está en la pendiente hacia abajo, que todo cuanto pasa es un desastre, que somos la condena del mundo civilizado, que vivimos atravesados de injusticias, corrupción y delitos. Y tanto lo desea, que para probar que se cumplen muchos leen ven y escuchan todas las noticias de la agenda diaria. No las procesan; las ingieren en crudo. Y se las creen con más fe y afán creyente que a un credo religioso. Cuanto más ruin, más siniestra, más dañina son la noticia y el mensaje más se los cree. Cuanto más rabiosos, cuanto más conspirativos, más se desea que se cumplan. Sus emisores entusiasmados con la demanda sobreactúan la producción negativa. Esa que “maldesea” de que este sea el peor país del mundo. En cada reunión, oficina o sobremesa, como ecos esclavizados de lo que escuchan, ciudadanos en estado de descontento más metafísico que físico, más hambrientos de desquite político que de alimentos, y los menos damnificados y más alejados de la desdicha, retransmiten en cadena la agenda de colapso. Mierda y mierda. Capusotto es un poroto. Porque un demonio informativo penetra a esa sociedad en la vigilia y se deposita como lava en el sueño. No es la crítica sino el ataque; no es la duda sino intencionada presunción de una certeza. No es la investigación sino el supuesto. Si toda esa reacción de hoy hacia un gobierno -al que amonestan y acusan paradójicamente de no usar la fuerza- la hubieran usado contra la dictadura, nuestra memoria no tendría tantos cementerios. El último deseo de deseo de esa sociedad- la real y la mediática, se cifra en el piquete. Deseo contradictorio: por un lado se desprecia a los piquetes, por otro se desea que sean esos piquetes los que derroten al gobierno.



Carta abierta leída por Orlando Barone el 1 de Octubre de 2009 en Radio del Plata.